sábado, 27 de diciembre de 2008

Para irnos conociendo

[Entrada del 2008, recuperada] 

Las puertas. Esos objetos con los que nos topamos todos los días. Se dice que comunican los recintos, los espacios, y al cerrarse dejan de hacerlo. Para muchos, lo que comunican son más bien cosas como miradas, silencios, momentos de soledad. Habrá quien crea que una puerta es esperanza; en cambio, otros dirán que la palabra "puerta" implica imposibilidad: el amor perdido, el noviazgo fallido, el error cometido. Apertura y cierre, binomio indisoluble de 
ser-puerta. La felicidad es como una puerta, para unos abierta, para otros no.

A mí me gustan las puertas por lo que ocultan, por esa suerte de prohibición inherente y a la vez de invitación a lo prohibido, a lo que se debe resguardar
...




icikas sevchovicius©2001



Pero para usted ¿qué es una puerta?

8 comentarios:

La guapa dijo...

Que hotel tan confortable, rentaré una habitación para descansar y tal vez dormir un poco, pero le advierto algo, la puerta de mi habitación no debe ser tocada ya que siempre la razón de una puerta es una barrera. La esperanza esa, es otra cosa.

Saludos.

NTQVCA dijo...

Hace tiempo que me gusta mirar hacia las casa y los edificios, mirar por las ventanas, pensando en todas las historias que abra detras de todas esas puertas.

Bere Blanco T. dijo...

'Curiosidad' es lo primero que pienso cuando escucho la palabra 'puerta'; me fascina abrirlas, algunas veces toco antes de pasar, en otras entro abruptamente; a escondidas o cínicamente. Tan así que alguna vez hubo una de la que ya no podía salir, la curiosidad me invadió de tal modo que terminé por saber más de lo que hubiera deseado; ahora está clausurada, pero tal vez algún día la tire a hachazos. Ha habido puertas que cierro para nunca más abrir. Las que abro en secreto, las revuelvo de arriba a abajo, divirtiéndome o sufriendo de ver aquello tan prohibido. Sin embargo, mi puerta favorita es aquella a la que sólo le dejé el marco, una puerta que lleva a otras que no he terminado de revolver, la puerta que dejó de serlo.

Isaac Sevchovicius dijo...

La guapa: Gracias, puede venir cuando guste; aquí no será molestadada más de lo normal =) Eso sí, no acostumbramos derribar barreras...

NTQVCA: Bienvenida. Afición bella y peligrosa la de usted; supongo que al igual que usted, habrá gente que mire a su ventana e intente -infructuosamente- reconstruir paso a paso el porqué lo que usted escribe no tiene que ver con el amor...

The broken doll: Cuando guste le presto el hacha. Me pregunto cómo le hizo para que aquella puerta dejara de serlo, me han contado que eso nunca fue posible. Usted me recordó una puerta en particular cuyos detalles no pienso, bajo ninguna circunstancia, hacer públicos... pero que cuando la recuerdo no puedo dejar de sonreir estúpidamente.

La guapa dijo...

Y ya no piensa escribir más...??

Niño Krayola dijo...

Tambien pienso que nunca abandoné casa vieja, y tu tampoco!! miralo!... Mil historias como esta se kedan con nosotros. Nadie mas que la vea sabe lo ke hay detras... no es solo una mujer desnuda

Anónimo dijo...

ví esto y me acordé de este post, a ver qué te parece.

http://www.flickr.com/groups/cafelahumedad/discuss/72157617778638272/

Saludos

Sephirot dijo...

En mi vida siempre hubo salidas sin puertas, hasta que toqué una...
Para ese entonces y cómo de costumbre las miraba como corrientes barreras en cualquier parte, sencillos ojos cerrados y temerosos, como para dar a conocer la cara de una familia entera, algunas descuidadas, otras humildes, otras con reflejos; al final todas puertas, las vías del tren que atraviesan por donde siempre caminé me llevaron a esa puerta antes de llegar a vivir ahí, pero nunca imaginé que tantas salidas necesitaran de una, cuándo toqué la suya... reaccionó de manera peculiar con tono familiar. Nos conocíamos de antes, sin embargo al entrar, la puerta solo era un reflejo de algo que por dentro no se puede ver, pero entonces me quedé con miedo a equivocarme con lo que alguna vez creí sobre ellas; los colores no lo fueron todo, tampoco la estructura, era algo peculiar, era una visión a una cara que aparentaba otra cosa desconocida, me infiltré tanto en ella que cuándo me debía marchar preferí quedarme un poco más en la entrada de dicho lugar, entonces acercarme se hizo costumbre, pero al momento de cerrarla una y otra vez, una y otra vez, llegó el momento que ya no había motivo desconocido para entrar, sólo un resto de imaginación que no había que cumplir porque la última vez que decidí acercarme a tocar, la puerta jamás abrió... Entonces seguí caminando tras las vías, tras una estación desconocida, con los pies mojados y pateando puertas, corriendo cada vez que abrían una porque no quería quedarme para que me cerraran la puerta en la cara...
Entonces una noche escuché el viento soplar, el vació a una entrada, tal vez salida, el vacío que ya conocía y a mis espaldas el mismo camino de siempre, pero una vez ahí, pensé que no todo eran salidas, una puerta me esperaba y dejando atrás lo que sentía mi cuerpo reaccionó dando media vuelta y no para huir, tampoco para entrar, pero... aún tengo muchas entradas más para salir de otras, una puerta sólo fue un pedazo del mundo que visualizar. Las puertas que llegamos a tocar, son parte del destino que llegamos a conocer...o parte del destino al que llegamos a pertenecer.